30 de diciembre de 2011

LA SEQUEDAD VAGINAL DESPUÉS DEL PARTO

Después del parto, debido a los cambios hormonales y a que la mujer puede tener miedo a la penetración, puede ser necesario y conveniente el uso de lubricantes y geles vaginales. En el caso del uso de lubricantes, se deben tener las siguientes consideraciones: es preferible usar lubricantes de base hídrica o solubles en agua. Los lubricantes que no se disuelven en agua proceden del petróleo: fundamentalmente se trata de la vaselina u otros aceites minerales. Éstos, puesto que no se disuelven en agua, se adhieren a la mucosa vaginal y pueden facilitar el desarrollo de gérmenes y disfrazar las infecciones hasta que estén demasiado avanzadas. Es conveniente que tenga un pH ligeramente ácido, que no supere el 5.0, similar al habitual de la vagina y que le permite la mejor defensa frente a infecciones o desequilibrios en la flora bacteriana vaginal. Es preferible un gel ligero, de fácil aplicación. Hay menor riesgo de posible irritación vaginal cuando el lubricante carece de sustancias que le confieran sabor , olor o color. Mejor si su efecto lubricante es de larga duración, eso facilita la espontaneidad en el encuentro sexual porque no se necesita estar pendiente del momento de su aplicación previa al coito. Por último, permite que el lubricante sea fácil de eliminar con el lavado, cosa que también ocurre cuanto más solubles en agua son. Los geles de isoflavonas actúan como una crema hidratante y suavizante, las cápsulas de aceite de onagra y las vitaminas A y E también mejoran el estado de la piel de todo el cuerpo y las mucosas, con lo que pueden favorece la recuperación del tejido.

28 de diciembre de 2011

¿QUÉ ES LA EPISIOTOMÍA?

La episiotomía, o un desgarro, puede ser muy dolorosa al principio, pero sana con rapidez, por lo que si pasa un tiempo y el malestar persiste se debe consultar al ginecólogo. Una vez hayan sanado los tejidos, si la penetración se realiza en condiciones adecuadas, no notará más que alguna tirantez, pero de ningún modo tiene por qué sentir dolor. Es posible que el hombre no sepa cómo actuar, que tenga miedo de hacer daño. Para que todo fluya de la manera más satisfactoria, la mujer debe encontrarse cómoda, sexualmente excitada y sintiendo que no va a hacer nada que no le pida el cuerpo, nada que no desee. El hombre tiene que ser paciente y considerado, entender que la vagina ha pasado por una situación traumática, que hay una herida reciente y tiene que ser tratada con todo cuidado. Se debe extremar la lubricación vaginal y es muy aconsejable tener disponible un lubricante vaginal, con el que hacer un buen masaje de forma que la vagina este completamente deslizante.

23 de diciembre de 2011

LA CUARENTENA Y EL SEXO

El tiempo estimado desde el alumbramiento hasta la penetración o primer coito depende de cada caso, aunque se calcula que pueden transcurrir seis semanas. Si se tiene en cuenta que la cesárea es una situación especial, puesto que se trata de una intervención quirúrgica, lo que supondrá una convalecencia más larga, es saludable reanudar las relaciones sexuales lo antes posible, transcurrido el tiempo de recuperación física. Cuando hablamos de relaciones sexuales no nos estamos refiriendo en exclusiva al coito. La sexualidad es una forma privilegiada de comunicación que tiene múltiples maneras de expresión y en este periodo se pueden explorar alternativas al coito. Además, el encuentro sexual no debe producirse siempre con ánimo de excitación y fines orgásmicos. Las caricias en las manos, los brazos, la espalda, la cabeza o en zonas consideradas no especialmente erógenas son extremadamente gratas y favorecen un clima de cariño y afecto en este momento en el que la pareja puede estar más vulnerable.

21 de diciembre de 2011

LA SEXUALIDAD POSTPARTO

Con la llegada del bebé, durante las primeras semanas la pareja, y especialmente la madre lactante, pasa por un periodo de adaptación. El hogar se puede convertir en pequeño caos. Y si los padres son primerizos el cuidado del pequeño se convierte en una obsesión que deja todo lo demás de lado, incluida la relación de pareja. Los padres y madres se vuelcan tanto en su recién estrenado papel, les absorbe tanto la nueva situación, que olvidan su función de amantes en la pareja. Y es esencial que en este periodo la pareja tenga su intimidad, que el vínculo amoroso sobreviva a las obligaciones parentales.
Cuando llegan los hijos es esencial que la pareja establezca esa relación de complicidad en la crianza, que entienda que los niños dependen de los dos y que su intimidad afectiva y sexual es compatible con la paternidad y maternidad, y no menos importante. El juego amoroso no puede desaparecer entre pañales y biberones.
Es esencial que la pareja mantenga vivo su atractivo erótico, y para eso hay que revindicar la fase de galanteo, tan ausente en este periodo. Es necesario buscar ayuda para cuidar al bebé. Familiares y amigos pueden echar una mano. Antes de que el bebé tenga seis semanas, como muy tarde, los padres deberían salir a cenar, tener una cita amorosa, incluso si fuera posible pasar una noche solos, sin sentirse culpables. Se darán cuenta de que no pasa nada: el bebé sigue respirando aunque ellos no estén. Y que a la vuelta vienen renovados de entusiasmo para atenderlo mejor.
Uno de los problemas en las parejas es la rutina, el pensamiento de que como ya se ha conseguido el amor no es necesario hacer nada más. Todo esto va mermando el deseo. Dar un paseo los dos solos, ir al cine, a un concierto o salir con amigos como al principio de la relación son sólo algunas sencillas recomendaciones para recuperar poco a poco la chispa. Y sobre todo, ser conscientes del atractivo de la pareja, pensar en la pareja como objeto de deseo, ver a esa persona como si acabáramos de descubrirla, con todo el atractivo que tenia cuando conquistó nuestro amor. La diferencia entre una pareja que funciona y otra que no es que la que funciona resalta lo bueno y le quita importancia a lo malo. Procuran buscar momentos de intimidad afectiva y sexual. Y la que no, resalta todo lo negativo y no es capaz de reconocer y valorar lo positivo. Y nunca tienen tiempo para expresar su amor.

19 de diciembre de 2011

LA SEXUALIDAD DURANTE EL EMBARAZO

La sexualidad es una faceta delicada. Por tanto, no es extraño que la mujer, durante el embarazo y los primeros meses del postparto, no desee practicar el coito. Las razones son diversas: siente molestias, tiene miedo, percibe poca lubricación vaginal o se encuentra fatigada. Sin embargo, echa de menos otro tipo de relaciones sexuales, por ejemplo, la proximidad y el contacto con su pareja.
Puede suceder que tales deseos no coincidan con los del hombre, lo que acarrea conflictos que afectan a la relación, casi siempre por desconocer lo frecuente que es esto y no estar informados ni preparados de forma adecuada para afrontarlo.
Dicha situación puede facilitar la aparición de trastornos sexuales transitorios, tanto en la mujer como en el hombre, que si no son identificados en su origen ni tratados a tiempo, se hacen crónicos y persisten en el tiempo más allá de los primeros meses del postparto. Cuando se consulta con un sexólogo, la información, junto a una breve terapia, suelen ser suficientes para atajar estos problemas.
Si el embarazo transcurre con normalidad, sin hemorragias, amenaza de aborto o parto prematuro, no hay por qué evitar el coito
Los trastornos sexuales más frecuentes en esa época suelen ser problemas de deseo sexual (disminución o incluso falta en uno o en ambos miembros de la pareja), anorgasmia o incapacidad para que la mujer alcance el orgasmo a pesar de estar suficientemente excitada. Sin embargo, se dan casos de mujeres que llegan más fácil al orgasmo durante el segundo trimestre del embarazo, dada la importante congestión pelviana propia de esta etapa. En cuanto al hombre, destacan la disfunción eréctil y la eyaculación precoz.
Los factores que pronostican un posible trastorno sexual durante el embarazo o el postparto en la pareja son su propia historia sexual (frecuencia de actividad sexual, disfrute mutuo en los encuentros sexuales), el nivel de conformidad y satisfacción que cada uno tiene con su propia sexualidad, la salud sexual previa al embarazo, el nivel de comunicación que mantengan, la afectividad entre ambos y, sobre todo, su nivel de información sobre 'la normalidad' de los cambios que se experimentan durante ese periodo.
Dentro de la diversidad y complejidad de cambios que sufre una pareja durante el embarazo, comentaremos sólo algunos que con frecuencia han sido reconocidos como generadores de trastornos sexuales.
- El cuerpo de la mujer, durante un embarazo normal, sufre profundas modificaciones que van más allá del simple aumento del contorno abdominal. Estos cambios pueden aumentar cuando el embarazo presenta problemas. Poco a poco, y según avanza el crecimiento del vientre materno, las formas se van perdiendo y aparecen con frecuencia varices, hinchazón por retención de líquido (edemas) y estrías, que aunque son consideradas como alteraciones normales y pasajeras, desagradan y no son bien recibidas por alterar la imagen corporal erótica de la mujer, algo que es percibido tanto por la mujer embarazada como por su pareja. En tales circunstancias, la embarazada puede que no se sienta seductora y deseada, y su pareja puede que no sienta la misma motivación ante el menoscabo erótico del cuerpo femenino.
- Algunas veces las parejas tienen miedo a dañar al feto durante el coito, se muestran cohibidas al notar los movimientos fetales o preocupadas por miedo a provocar un nacimiento prematuro. La desinformación, origen de muchos de estos problemas, es cada día menor. Se conoce, y así se transmite a la mujer embarazada, la importancia que durante el embarazo y postparto tiene el respetar y cuidar la sexualidad, como fuente de placer y medio para reforzar la unión y la comunicación de la pareja, en esta situación de especial inquietud. La sexualidad no es sólo genitalidad y mucho menos durante el embarazo y el postparto. Cuando una pareja desea compartir sentimientos de intimidad y amor lo puede hacer sin necesidad de una relación coital con penetración. El contacto mediante masajes, caricias y mimos puede ser una importante fuente de placer sensual y comunicación íntima tanto durante el embarazo como fuera de él.
Es saludable reanudar las relaciones sexuales lo antes posible, transcurrido el tiempo de recuperación física
Si el embarazo discurre sin complicaciones y no hay hemorragias, amenaza de aborto o de parto prematuro, no hay por qué evitar la actividad coital. En esta época especialmente se debe tener en cuenta que el intercambio sexual va más allá de la penetración vaginal. Aunque no hay ningún inconveniente para mantener esta práctica. El bebé está muy cómodo y muy bien protegido en el saco amniótico. No obstante, por el bienestar de la madre, las posiciones recomendadas son aquellas en las que no se descargue el peso sobre el abdomen. Si se presentan complicaciones que aconsejen prohibir la penetración o el orgasmo, dadas las contracciones uterinas que provoca, se puede recurrir a caricias y otras variantes sexuales que, aunque no supongan orgasmo, resulten satisfactorias para la mujer. El mantenimiento de la capacidad erótica y orgásmica es importante para la mujer porque con la primera mejora su autoestima y la armonía conyugal, y la segunda le permite mantener la elasticidad y la flexibilidad de los músculo s pélvicos, tan necesarias para el parto.

16 de diciembre de 2011

CONSEJO DE BELLEZA 86: HIDRATA TU PIEL EN INVIERNO

Ahora sí, parece que el frío ha llegado para quedarse. Las temperaturas de las mañanas comienzan a avisarnos de que el invierno está cerca. ¿Notas la piel de tu cuerpo más seca y frágil con la llegada del frío?. No es raro, teniendo en cuenta que una de las características del clima invernal es la disminución de la humedad ambiental. El aire está más seco, y por tanto, roba agua de donde puede, ¡incluida la piel!. Por eso, para evitar que tu piel sufra en los meses que vienen, toma nota de estas recomendaciones:

-Si tu piel se seca en exceso, conviene usar jabones muy emolientes y engrasantes, como los usados para pieles atópicas o con graves problemas de sequedad.

-Hay que reducir el número de los baños y también su duración. Evita pasar mucho tiempo en el agua, y opta mejor por duchas cortas.

-No utilices el agua muy caliente, que no hace más que debilitar aún más el manto hidrolipídico al arrastrar los aceites naturales de la capa córnea.

-Tras la ducha, y con la piel aún húmeda, cúbrete con una crema muy rica, para sellar el agua a la piel. No dudes en aplicarte crema cuantas veces sea necesario, incluso en varias ocasiones al día.

-Si vives en una zona de clima seco, recurre a humidificadores. No hace falta gastarse mucho dinero: un buen truco de toda la vida consiste en poner recipientes con agua junto a los radiadores para que se evapore y "empape" el aire.

Fuente: hola.com

14 de diciembre de 2011

LA DISPAURENIA DE CONSULTA MÉDICA

-Fimosis: Dificultad o imposibilidad para la retracción de la piel prepucial, esto es, de la piel que recubre el extremo del pene o glande.

-Frenillo: El frenillo es la pequeña lámina de piel por debajo del glande que une a éste con el prepucio. En el pene erecto, si el frenillo es demasiado corto provoca que el prepucio se deslice de manera automática hacia delante y puede causar dolor, lesiones y malestar.

-Prostatitis: Inflamación de la próstata

-Endometriosis: La endometriosis es una enfermedad benigna que afecta a las mujeres durante su vida reproductiva. Ocurre cuando células endometriales, idénticas a sus hermanas que conforman el endometrio (el tejido que está dentro del útero y se renueva cada mes tras la menstruación) se sitúan fuera del útero, por ejemplo en las trompas de Falopio, ovarios o cualquier lugar de la cavidad abdominal. Fuera por lo tanto de su sitio se comportan como sus "hermanas" del interior del útero y evolucionan (proliferando y secretando) siguiendo los ciclos hormonales femeninos. Es posible que la mujer no sepa que tiene endometriosis y sólo perciba que tiene dolor durante la penetración profunda.

-Hemorroides: Dilataciones de las venas de los plexos venosos de la mucosa del recto o del ano.

-Herpes genital, verrugas genitales u otras enfermedades de transmisión sexual.

-Infecciones vaginales.

También se debe acudir al médico si se presentan otros síntomas relacionados con las relaciones sexuales dolorosas, como sangrado, lesiones genitales, períodos menstruales irregulares y secreción del pene o de la vagina.

12 de diciembre de 2011

LA DISPAURENIA CIRCUNSTANCIAL

-Lubricación inadecuada por estimulación erótica insuficiente: En estos casos es muy importante aumentar la estimulación con juegos y caricias. Es necesario que fluya la sangre en los órganos sexuales para que lleve el pene a la erección y lubrique la vagina.

-Sequedad vaginal: La mucosa vaginal pierde su humedad natural. Suele suceder a menudo con la menopausia. Para facilitar la lubricación existen en las farmacias geles vaginales con isoflavonas de soja, con propiedades hidratantes y lubricantes, que dan muy buen resultado.

-Relaciones sexuales demasiado pronto después de una cirugía o parto: En el caso del parto se estima conveniente esperar por lo menos 6 semanas después del nacimiento del bebé para volver a iniciar la actividad sexual.

-Irritación genital por jabones, detergentes, duchas o productos de higiene femenina: Un afán de limpieza mal entendida puede producir irritaciones frecuentes. Se debe tener en cuenta que la vulva tiene su flujo natural y su olor es característico y sano.

-Alergias al látex de diafragmas o condones

10 de diciembre de 2011

¿QUÉ ES LA DISPAREUNIA?

La dispareunia es el dolor que pueden sufrir, tanto hombres como mujeres, en el área pélvica durante o poco después de la relación sexual. El dolor puede presentarse en el momento de la penetración, la erección o la eyaculación. Si este dolor persiste, la persona puede perder interés en cualquier actividad sexual.
Es importante señalar que para que el coito sea satisfactorio se deben dar las condiciones fisiológicas necesarias. Tanto el hombre como la mujer han de estar lo suficientemente estimulados y esto significa lubricación vaginal y erección del pene. Un indicativo de que el hombre está llevando a cabo una relación satisfactoria es la emisión de las glándulas de Cooper por la uretra, unas gotas de líquido transparente que fluye por el meato urinario y actúa como lubricante natural. La mujer, por su parte, nota cómo se humedece la vagina. El dolor se puede sentir durante la penetración o con los movimientos del pene en la vagina, y suele aparecer después de un período más o menos largo de relaciones sexuales sin problemas.

8 de diciembre de 2011

EL TRATAMIENTO DEL VAGINISMO Y LA IMPORTANCIA DE LA PAREJA

En el tratamiento del vaginismo es muy importante que la pareja comprenda que su caso no es único, pero sí superable.
El doctor Simms fue el primero que describió el síndrome en 1862, denominándolo vaginismo. Aunque en aquella época recomendó el tratamiento quirúrgico, hoy sabemos que la causa del vaginismo es siempre de origen psíquico y las intervenciones quirúrgicas constituyen un tratamiento erróneo. Aun así, todavía es posible encontrar algún especialista que, actuando al margen de la comunidad científica, realiza este tipo de intervenciones.
En el tratamiento de vaginismo (dolor en la penetración) es importante que la pareja comprenda que su caso no es único, pero sí superable
El diagnóstico de vaginismo se puede realizar de manera sencilla y su tratamiento es un ejemplo de enfoque integrador que abarca la exploración de causas psicológicas profundas, la descripción de los factores ambientales y socioeducativos, el trabajo con el cuerpo y, por supuesto, la relación de pareja.
En el vaginismo, como en otros problemas sexuales, es un factor de buen pronóstico que la pareja acuda a consulta de forma conjunta. La presencia de la pareja favorece el tratamiento en la mayoría de los casos. Es muy importante el apoyo psicológico para el compañero; el análisis de los mitos sexuales; la información general sobre sexualidad y en especial sobre sexualidad femenina. Esta información se ha de aboerdar de forma amplia, destacando especialmente los aspectos afectivos y socioeducativos. Conocer el problema proporciona una mayor seguridad y un refuerzo de su autoestima, factores que favorecen un buen pronóstico. Así, un compañero seguro, no ansioso y dispuesto a probar y aceptar las dificultades y las limitaciones, es un excelente colaborador en el tratamiento del vaginismo y un apoyo para su pareja.
Cabe señalar que el vaginismo no es producto de falta de información y puede darse en cualquier nivel socioeconómico: maestras, carniceras, administrativas, psicólogas, periodistas, abogadas y arquitectos son las profesiones de algunas de las mujeres tratadas con vaginismo. Aunque en apariencia parece un trastorno muy grave, la literatura científica sobre este tema dice que es un trastorno que suele tener un buen pronóstico.

6 de diciembre de 2011

QUÉ ES EL VAGINISMO

El vaginismo es un problema sexual que causa mucha angustia a la pareja. Cuando acude a consulta está desconcertada y no entiende qué está pasando. Una adecuada información ayuda y tranquiliza, creando una buena base para el tratamiento.
Llamamos vaginismo a la imposibilidad o extrema dificultad para conseguir la penetración vaginal, debido a la contracción de los músculos que rodean la entrada de la vagina. El espasmo es una respuesta involuntaria que muchas mujeres no reconocen, sufren sus consecuencias, pero no saben por qué ocurre. Cuando una mujer se excita sexualmente experimenta una relajación de los músculos vaginales. En el vaginismo, sin embargo, la contractura muscular es tal que impide la penetración.
Parece ser que se produce una asociación de la penetración vaginal con la sensación de peligro; es como si el sistema defensivo estuviera en extremo activado, de manera que cualquier intento de penetración produce esta respuesta refleja. En muchas ocasiones no tiene una fácil explicación para la mujer que lo padece, debido a que en el momento actual su deseo y sus ideas se dirigen a tener una relación coital plena y satisfactoria. Sin embargo, es como si existiera una orden programada, un sistema de alarma activado que la mujer no puede controlar. La interiorización de los mandatos materno y paterno y el seguimiento a rajatabla de los convencionalismos sociales en materia sexual pueden provocar desajustes entre lo que se desea y lo que uno es capaz de hacer. Además, los rápidos cambios en las costumbres sexuales han llevado a que no exista una concordancia entre lo que se hace y lo que se admite que se hace, en especial en la adolescencia y la juventud. Esta disociación puede crear confusión e inseguridad en el desempeño sexual y tener como resultado una respuesta desadaptada como lo es el vaginismo.
Algunas mujeres empiezan a notar que algo pasa en la penetración cuando en la menstruación intentan ponerse un tampón y se dan cuenta de que no lo consiguen. Eso no quiere decir que todas las mujeres que tienen dificultad en ponerse un tampón higiénico vayan a tener problemas en sus relaciones sexuales, pero si esa dificultad va acompañada de ideas irracionales sobre la penetración, angustia y miedo, puede ser un indicador a considerar. El vaginismo lo padecen entre un 2% y un 4% de las mujeres y comprende aproximadamente un 10% de los problemas sexuales.
Las mujeres que presentan este trastorno sienten una gran ansiedad ante la idea de introducirse algún objeto en la vagina, ni siquiera pueden intentarlo con un dedo o un tampón. De esta forma se va desarrollando una especie de miedo a la penetración vaginal y se presume que será dolorosa. Cualquier intento de penetración las pone tensas, parece que tuvieran una hipersensibilidad a la distensión vaginal. Esta tensión produce una respuesta que tiene tres signos típicos: arqueamiento de la espalda (lordosis), cierre de piernas (contracción de los músculos abductores de los muslos) y espasmos involuntarios de los músculos que rodean la vagina. En estas circunstancias la penetración es muy difícil. Si la mujer está tumbada de espaldas, tal como suele ser habitual en los primeros intentos de penetración, la entrada de la vagina queda en una posición no adecuada. Unido a esto, la tensión en los muslos impulsa a la mujer a cerrar las piernas, le sigue un movimiento de retirada, de ir arrastrándose hacía atrás, que dejan al hombre paralizado ante una negación física tan contundente, aunque de la boca de ella salga un sí.
Los intentos de exploración ginecológica también producen el mismo efecto. La mujer que es tratada no puede ser reconocida porque su fobia lo impide. En algunos casos el especialista que no ha conseguido introducir el espéculo puede recomendar un examen bajo anestesia. Como es de esperar, no se encuentra nada anormal en la exploración porque la contracción no se produce debido a que la mujer se halla inconsciente. Mientras la mujer está dormida se realiza una dilatación introduciendo tallos de Hegar o cualquier otro instrumento. Cuando despierta se le tranquiliza, explicándole la intervención y diciéndole que a partir de ahora no habrá ningún problema. Sin embargo, este procedimiento no ofrece ningún resultado porque la mujer sigue mostrando la misma resistencia cuando está consciente. No recomendamos este protocolo, puesto que no es útil para descartar anomalías físicas y, además, el vaginismo cuenta con claves bastante fiables para que el especialista pueda hacer un diagnóstico sobre una base positiva sin recurrir a otras pruebas y mucho menos a intervenciones agresivas que nada nos aportan. El respeto al cuerpo debe ser siempre tenido en cuenta, en especial en las mujeres que consultan por este problema.
En terapia sexual, sobre todo en los casos de vaginismo, es muy importante la labor educativa. Estas mujeres tienen un gran desconocimiento de su cuerpo y del cuerpo del otro, especialmente de los genitales. Además, la estricta censura de la sexualidad femenina ha contribuido a la falta de normalización en el habla coloquial de sus zonas erógenas. Cuando el término pene nos resultaba bastante habitual, el de vulva no lo era tanto. Y todavía se suelen utilizar eufemismos o apelativos despectivos para referirse a esta parte del cuerpo. Ante esta escasa o nula educación sexual, la percepción de los propios genitales puede estar distorsionada. La gran mayoría de mujeres que sufren vaginismo tienen la impresión de que su vagina es muy pequeña y su entrada muy estrecha, por lo que es muy difícil que el pene pueda entrar. También piensan que la vagina está cerrada por el himen. La idea sobre esta membrana es muy confusa, aun en mujeres con una formación universitaria y a pesar de la profusión de libros explicativos. El himen no cierra la vagina de la mujer y no recubre nada. No es más que la entrada de la vagina que termina en una membrana. Algunas personas tienen muy presente la idea de que algo se tiene que romper, creen que el himen se encuentra en el canal vaginal. Estas creencias sobre el himen se han encontrado en cursos de postgrado de formación en sexología, donde los estudiantes son licenciados en medicina y psicología. Esto corrobora la escasa información sobre sexualidad femenina. El himen es la membrana que se encuentra en la entrada de la vagina. A propósito de tan insignificante membrana se ha creado multitud de literatura, con no pocas imprecisiones. En primer lugar, no es como una tela que se tenga que romper, sencillamente está en la entrada de la vagina. En algunas mujeres, con las primeras penetraciones la entrada se hace un poco más grande y a veces esto produce un pequeño corte en la membrana y puede salir un poco de sangre; pero la vagina no está sellada, por ella salen el flujo menstrual y otras secreciones. Tampoco el himen está dentro de la vagina, como una especie de pared. No es más que el repliegue de la entrada.

2 de diciembre de 2011

¿QUÉ ES UNA POLUCIÓN NOCTURNA?

A las eyaculaciones involuntarias que tienen lugar durante el sueño se las conoce como poluciones nocturnas. Son muy frecuentes en la adolescencia y la mayoría de las veces están relacionadas con sueños más o menos eróticos.
La mayoría de los adolescentes tienen poluciones que se repiten de una a tres veces por semana.
Los adultos con escasa actividad sexual también suelen tener poluciones nocturnas. Tanto las de los jóvenes como las de los adultos disminuyen a medida que aumenta la masturbación o las relaciones sexuales.
Dicen que cuando te despiertas y vez que has tenido una eyaculación es por que has soñado con algo erótico, pero a mi me ha pasado y no recuerdo haber soñado con nada relacionado con el sexo.
Tu mismo dices que “no lo recuerdas” y eso es lo que suele pasar. Todos soñamos pero no todos recordamos lo soñado.
Durante la pubertad, el despertarse con el pijama húmedo es algo muy habitual, es una forma natural de dar salida al esperma retenido. Las poluciones nocturnas funcionan a modo de una válvula de seguridad que regula la presión contenida en el interior.
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